Mohen-jo Daro.
Los primeros testimonios de cultura revelados por las excavaciones en territorio Indio dan cuenta de una civilización que se desarrollo en el tercer milenio antes de Cristo. A esta cultura que se extendio aproximadamente hasta el 1400 a.C. se le ha denominado Civilización del Valle del Indo, de Harappa o Pre-Aria.
Las ciudades neoliticas Mohen-jo Daro y Harappa así como 170 nucleos urbanos menores que han sido descubiertos revelan una gran civilización comparable con la misma Mesopotamia.
Durante el 3000 y 2000 a.C antes de la llegada de los pueblos de lengua indoeuropea la vasta región en torno a los cinco afluentes del Indo (Pujam-India-Pakistan desde 1947) hospedaba pueblos llegados en sucesivas migraciones y afines a la región mesopotámica.
La ciudad de Mohen-jo Daro que significa ciudad de los mueros reviste especial interes por su soprendente desarrollo urbanistico el cual dispone de una sofisticada red de infrastructura de canales, pozos y bombasqe proporcionaban agua corriente a las viviendas así como un compleo sistema de desague.
Ademas la ciudad responde a un plan urbano funcional conforme a una división en planta conforme al poderadquisitivo y barrios organiz
La uniformidad estructural y arquitectonica de la ciudad estaba agrupapada en torno a la ciudadela-templo, sede del gobierno teocratico que indica la existencia de una administración ordenada, insitutida por decreto divino que ejercia una soberanía unificadora como los sacerdotes de Mesopotamia.
De la producción artistica de esta civililzación destacan bustos masculinos que podrian representar a una clase sacerdotal de dirigentes, toda una serie de pequeñas figurillas de diosas madres que ponen de manifiesto la existencia de un culto a la fertilidad y a la sexualidad. A esta cultura pertenecen la figura de cobre de una bailarina de tipo negroide y los enigmaticos sellos con inscripciones y grabados en una lengua que no ha logrado decifrarse. Ademas la existencia de anillos de piedra y monolitos fálicos indican el interes posterior en yoni y linga (los principios de generación masculino y femenino) como origen de vida y fuerza.
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